Como gerente de producto, estoy en constante aprendizaje y crecimiento. Siempre hay algo nuevo que aprender y siempre estoy tratando de mejorar mis habilidades. Algunos días siento que puedo conquistar el mundo. Una nueva idea propuesta se ha probado brillantemente con los clientes, tal vez una característica recién lanzada haya visto su uso dispararse. O sientes que, como equipo más amplio, todos fluyen con un objetivo claro y un gran impulso. La amplitud del rol puede ser estimulante e inspiradora.
Pero a veces me he sentido como un impostor. Me preocupa no ser lo suficientemente bueno y no cumplir con las expectativas. Me preocupa no entender a mis clientes, a mis partes interesadas o a mis competidores tan bien como debería. Me preocupa que me descubran. Leo libros para intentar mejorar mis conocimientos y eso me preocupa un poco más: otra demostración de que no estoy haciendo bien el producto y debo estar fallando de alguna manera. Me preocupa hablar en algunas reuniones en caso de que lo que diga simplemente demuestre mi falta de habilidades.
Me preocupo, punto. Esto se llama síndrome del impostor. Y en el peor de los casos, puede resultar extremadamente debilitante. Sofoca la productividad y la creatividad y puede afectar gravemente su bienestar mental.
Mis mejores consejos para superar el síndrome del impostor
En primer lugar, me he dado cuenta de que el síndrome del impostor es una experiencia común para los gerentes de producto. Recuerdo claramente la primera vez que le dije esto en voz alta a alguien más de mi equipo, un poco nervioso e inseguro. Su respuesta: “Gracias a Dios. Pensé que era solo yo”.
Desde entonces, me propuse preguntar a otras personas sobre esto y, según mi experiencia, es un sentimiento increíblemente común. Busque en LinkedIn y podrá ver muchas discusiones similares.
Y, de hecho, es increíblemente afirmativo y positivo escuchar a otras personas compartir sus preocupaciones. Parecen mucho menos preocupantes cuando te das cuenta de que no eres el único que se siente así. Tal vez, de hecho, sean solo una señal de que eres un ser humano. ¡Y no es un fracaso así después de todo!
También descubrí que algunas otras cosas me han ayudado a sobrellevar la situación:
- Primero, trate de ser consciente de sus pensamientos y sentimientos. Cuando empiezo a sentir que no soy lo suficientemente bueno, doy un paso atrás y trato de identificar la fuente de mi ansiedad. Una vez que sepa qué desencadena sus sentimientos de insuficiencia, podrá empezar a desafiarlos.
- Celebre sus éxitos. Escríbalos o pida a otros que lo hagan y los compartan con usted. Es muy fácil concentrarse en lo negativo y olvidar lo que ha logrado. Documentalo, reflexiona sobre ello, date cuenta de lo que has logrado y tu sentido de la perspectiva regresará rápidamente.
- Establezca expectativas realistas para usted mismo. Es importante recordar que no vas a ser perfecto. Todos cometemos errores. Está bien cometer errores siempre y cuando aprendas de ellos.
- Recuerde que los libros describen un ideal y, en general, no una realidad. No existe una forma correcta o incorrecta de elaborar un producto. Inspírate en ellos para intentar mejorar y ser mejor, pero no te juzgues por un ideal imposible.
Estas son sólo algunas de las cosas que he encontrado más útiles para afrontar esto. Si está luchando contra el síndrome del impostor, no tema buscar ayuda. Hay muchos recursos disponibles para ayudarle a afrontar este problema.
A medida que más y más empresas introducen o evolucionan sus equipos y procesos de productos, la importancia de reconocer el síndrome del impostor y aplicar estrategias para superar los impactos negativos asociados con él nunca ha sido más importante.
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